Ese día en la mesa de la profesora había un pequeño aparato
transparente, con forma de pirámide y una especie de hilos de color en su
interior. Nos llamó la atención y eso hizo que empezáramos la clase con
curiosidad. Aprendimos cómo se utilizaba y el efecto que producía cuando un
rayo de luz lo atravesaba, descomponiendo esa luz blanca en los siete colores
(rojo, naranja, amarillo, verde, azul, añil y violeta). En mi opinión, se trató
de una sencilla y corta actividad pero muy visual y didáctica para empezar así
a introducir el tema de los colores.
Posteriormente, hicimos otro experimento bastante curioso.
Bajamos todas las persianas para dejar el aula completamente a oscuras y
colocamos los botes de pintura de colores primarios en el centro de la mesa.
Poco a poco, la profesora iba subiendo la persiana y debíamos ir diciendo qué
colores eran los que podíamos distinguir primero debido a su mayor capacidad
para absorber y acto seguido reflejar los espectros de luz pudiendo así
percibir su color. Este es otro ejemplo de actividad sencilla y llamativa para
iniciar el tema de la luz y el color.

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