El hecho de ir añadiendo blanco, por un lado, y negro, por otro, a los colores primarios, me hizo ver la gran cantidad de colores que existen y no solo los catorce matices que le podemos dar hasta llegar al blanco y negro neutro.
Me pareció una forma muy bonita e interesante de jugar con los colores ya que nunca había experimentado de esta manera los colores y, quizá, siempre me quedaba anclada en los colores que vienen hechos y no les añadía sombras o matices. Así que creo que deberíamos enseñar a los niños desde pequeños a jugar primero con estas combinaciones para que adapten a la vista a ver de otro color las cosas.
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