De este trabajo me llamo mucho la atención la cantidad de cosas que se me pasaron por la cabeza para plasmar en el papel cuando escuché la música, puesto que me fue una gran motivación e inspiración que me llevó a escoger colores más impactantes. Con tan solo el rojo y el amarillo pude llegar a hacer una combinación para poder expresar la explosión de luz que me brindó un amanecer en el parque de Las Siete Tetas en Vallecas (Madrid), pues de repente ese segundo musical me hizo relacionarlo con esa imagen que tenía grabada.
Y otro factor que me llamó mucho la atención fue cuando la profesora nos dijo que teníamos que plasmar la consecuencia de un miedo. Pensé en la soledad, pues creo que es el mayor miedo que una persona puede tener, quedarse solo en el mundo. Mi grabado fue algo muy simple pero conciso en el que se refleja a una mujer en negro y en un plano pequeño, puesto que quería plasmar una sombra de mi y de lo pequeña que soy frente al mundo, reflejado con la luna y diversos puntos de luz que inundan la lámina.




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