miércoles, 13 de enero de 2016

Disparos de color


 Paul Jackson Pollock era un pintor estadounidense de gran relevancia e influencia en el expresionismo abstracto gracias a su peculiar estilo para pintar: el salpicado de pintura. Pollock se casó con la pintora Lee Krasner, que también era muy influyente dentro del expresionismo abstracto y con su técnica de los disparos de color (pese a tener menos reconocimiento en su época por el hecho de ser mujer).
Después de tratar en clase aspectos algo más teóricos sobre estos artistas, sus técnicas, vida y personalidades estábamos listos para ponernos manos a la obra y crear nuestro mural por grupos, combinando, en cierto modo, las técnicas de ambos artistas. Las instrucciones para la siguiente clase eran claras: traer diferentes pinceles, pistolas de agua, jeringuillas, etc., para disparar y la mente abierta para dejarnos llevar y crear nuestra obra.
Las expectativas que teníamos al principio no eran muy positivas; no sabíamos por dónde empezar “por si nos salía mal”. Sin embargo, en cuanto nos decidimos a hacer el primer disparo de color el resto vino rodado. El lugar de trabajo (en un patio de la universidad) y los recursos naturales que allí encontramos nos inspiraron hasta tal punto que tratamos de recrearlo y representar el otoño: un árbol vertical bastante abstracto incluyendo y usando para estampar recursos naturales como palos, piñas, corteza de árboles, hojas, etc. A medida que lo íbamos haciendo, cada vez nos relajábamos más, éramos más creativas y todas proponíamos más ideas; la idea inicial no cambiaba, pero sí evolucionaba.
El resultado final nos encantó. Nos sentimos orgullosas y satisfechas con nuestro trabajo, relajadas (se libera estrés) y con una buena autoestima (ya que al ser algo abstracto o aleatorio no puede estar mal). Además, según íbamos acabando, nos paseábamos por los murales de los demás, siendo muy curioso las interpretaciones que cada uno hacía de lo que veía en los demás trabajos, lo que además fomentó el compañerismo (todos reforzábamos el trabajo de los demás) y la comunicación grupal.
Esta técnica nos parece muy interesante, didáctica y divertida para llevarla al aula como futuras maestras, ya que se puede hacer con cualquier grupo, independientemente de la edad, diversidad de capacidades y funcionalidades y recursos económicos. Además, con esta actividad hemos comprobado que se fomenta la libertad de expresión, creatividad e imaginación y, a partir de ella, se pueden trabajar temas como la naturaleza, paisajes y estaciones del año, los colores, la expresión oral, etc.
Sin duda recomendaríamos a esta experiencia a todo el mundo; mayores y niños.

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